… “caminante peregrino”, no, no corras, no te agites, no te apresures a despedirte de los “pasos de Dios”… de la «Historia de Dios en tu vida»… tu vida tiene pleno sentido por el paso de Jesús en ella… cada acontecimiento es una noticia de su Presencia… y en cada acontecimiento descubres un “rostro” nuevo, insospechado, de Su misericordia… recuerda que antes eras como aquel paralítico… no podías, o no querías, caminar… pero, ahora, todo te es distinto…
… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, puede ser que no entiendas bien qué ésta “transformación” de todo… pero, puerta para algo mayor es siempre el instante, el presente… que siempre deja una faz nueva, que deja una marca, un sello admirable… recuerda que «sufrir pasa, haber sufrido no pasa jamás» (Bloy y Berdiaeff)…
… ten sumo respeto y delicadeza en todo… y verás cómo todo perdura en una dimensión mayor… cómo nada se pierde en el nivel más alto… cómo toda tu vida respira ya el aire de la Eternidad… alégrate pues en este presente y bendice… la compunción transforma el pecado y Dios te eleva en Su misericordia…las montañas son pequeñas, el mar inmenso tiene fin y se acaba, la llanura termina en alguna frontera… tu corazón, en cambio, no tiene confines…
… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, eres llevado con tus parálisis a la Presencia de Aquel que todo lo puede… la salvación está cerca, tus pecados te son perdonas… camina y ora, ora y camina… prepárate, pues, para llevar a tus hermanos ante tu Señor, no temas subir y romper los techos… desayuna y matea con la Verdad en el “pan del día”… (Lucas 5,17-26: “… tus pecados te son perdonados… ”)…