¡No te canses de soñar!, no temas recibir el sueño de Otro

… “caminante peregrino”, ¿has visto hoy la aurora?… ¿sabes que Dios habla en todas partes?… oración antes que nada… y muchas veces camino sin rumbo y, aparentemente, sin destino… ayer todo te era más claro, más diáfano, por lo menos veías el suelo que pisabas, la tierra que te sustentaba… y, hoy, más lejos el horizonte, lejano, pero inconfundible… ¡era hacia allí!… pero ahora te es muy difícil decir nada acerca de todo ello…

… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, quédate, sin embargo, a la luz de la lámpara en medio de la noche o, si sales, busca las estrellas… trata de descubrir ese Misterio que allí se esconde… detente ante el silencio de las flores… detente ante el silencio del dolor… detente ante la pregunta que no haya ni tiene ahora respuesta… cierra los ojos y abandónate a Dios… el lenguaje silencioso que toca el Misterio, es bueno que lo sepas, no tiene éxito…

… no procures el aplauso, ni el reconocimiento… deja pasar, deja dormir… tal vez un sueño despierte a otro sueño en la oscuridad… quizá ese sueño te lleve al verdadero Sueño, más allá… ¡no te canses de soñar!… no valen los estilos y los cuidados que crees tener con esto o con aquello… rompe con esas cerrazones y sal al aire libre, al suave Viento de tu corazón… no te alcanzarán los volúmenes imaginables para escribir tus pasos de peregrino soñador…

… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, no tienes que dejar constancia de nada… ¡estás en las ensoñaciones de tu Señor!… eres como el buen José… por lo tanto: ¡no temas recibir el sueño de Otro!… ¡escribes en el Sueño y en Corazón de Dios!… desayuna y matea con la Verdad del “pan del día”, (Mateo 1,18-24: “… José, no temas recibir…”)…