… “caminante peregrino”, desde luego que vives hoy, ya, ahora… pero hay un «pasado»… que en cierto sentido ya no es, ¡que es vida y que es historia!… historia sagrada, lenguaje de la Providencia, lenguaje de Dios… no para anclarte sino para ir más allá… la «tradición» moldea, por decirlo así, ésta que es vida tuya… y aunque vivas hoy y ya… ¡aquellas lecciones son escuela de prudencia y discernimiento!…
… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, ¿quieres seguridad y certeza?… ¡sé el más abandonado en las manos del Señor!… sin retroceder ante los desengaños o las «probabilidades» que tantos esbozan y comunican… firme y fiel a la conciencia, que Dios no engaña… pero no pretendas un poder que ya no te pertenece… o que no resulta oportuno según el orden de la Providencia…
… no importa que pierdas la partida, si te dejan a un lado o te amenazan con lo que sea, ¡no importa!… no te inquieten los rumores de un mundo que está por todas partes, hasta en el Templo… ¡tú vives, habitas en el Misterio!… en Él estas, te mueves y eres… no en el barullo de los cálculos, ni de las pretensiones a ras del suelo… nunca te descorazones y sigue luchando… ¡fíjate y medita en la genealogía de tu Señor amado!…
… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, te sabes parte de una historia de Amor… sin ser jamás actor de reparto, pero tampoco el principal… nada de lo que te ha acontecido escapa a los Planes del Amor… Dios no improvisa ni hace las cosas a las apuradas, ni a los manotazos… ¡todo aprovecha en Él y con Él para el bien!… desayuna y matea con la Verdad del “pan del día”, (Mateo 1,1-17: “… Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham…”)…