No puedo acercarme a Belén

… no puedo acercarme a Belén con mis ideas preconcebidas sobre un Dios omnipotente, para ver si el Niño que ha nacido se lleva bien con ellas… me acerco al “recién nacido” para descubrir cómo es Dios… en este Niño, Dios se me revela cercano, expuesto, necesitado… no puedo celebrar la Navidad y seguir siendo el mismo de ayer… no puedo saludar con un insulso y descolorido “¡felicidades!” y seguir como si nada… eres Palabra que ha dado vida a todo lo que existe, y la vida es la luz de nuestro vivir… eres Palabra encarnada, embarrada, que ilumina y enciende a quien te recibe… no quiero iluminar las sombras con una frágil vela protegida de los vientos con la palma de la mano, no quiero ser puro espejo que refleja luces ajenas… Tú me ofreces ser luz desde dentro, cuerpo encendido con tu fuego inextinguible en la médula del hueso, zarza ardiente en las soledades del desierto, rescoldo de hogar que congrega a los amigos compartiendo pan y peces, pan y vino… Tú me ofreces ser luz en donde estoy, ser hoguera en la persistente combustión de mis días… Navidad no es cualquier cosa, no es algo más… la #rosasinporqué se toma en serio la Navidad, la gratuidad la enciende hasta dar la vida… ¿cómo celebraste la Navidad?, ¿cómo vas a seguir viviendo la Navidad?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 10,17-22)…