No son las palabras solamente, ni el lenguaje, lo que puedes emplear como «carta de presentación» en cualquier encuentro

… no son las palabras solamente, ni el lenguaje, lo que puedes emplear como «carta de presentación» en cualquier encuentro… hay mucho más… los gestos son un lenguaje elocuente del corazón… para el bien de la paz, de la convivencia en comunión, es imprescindible el “respeto” que es otro nombre de la gratuidad… la gratuidad es respetuosa, la mezquindad irrespetuosa… la gratuidad se expresa en un «gesto», que se hace hábito y nace de lo profundo, es «señorío» y es «caballerosidad»… se trata de una delicadeza, propia de los corazones humildes, que imita -con coraje y valentía- la ternura del Amor de Dios… y que, desde luego, de Él procede… jamás un corazón agradecido, despojado de soberbia y necedad, puede agredir a otro… tenlo en cuenta: el bien se alcanza con perseverancia y, sobre todo, con magnanimidad… el respeto brilla por su ausencia en la sociedad de hoy, hasta hay quienes se ufanan de brillantes por irrespetuosos… el respeto no es lo “socialmente correcto”, que es pura hipocresía por la “indiferencia” que despierta… el respeto es “deferencia” al otro, a su historia y a su presente, es recibirlo tal como es… la #rosasinporqué es respetuosa de las otras flores, no agrede ni compite ya que por la gratuidad a todas las valora… ¿en qué consiste tu respeto y delicadeza para con los demás?, ¿son tus gestos transparencia de tus pensamientos y sentimientos?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 10,24-33)…