… insuperable Francisco Luis Bernárdez:… “si para recobrar lo recobrado / debí perder primero lo perdido, / si para conseguir lo conseguido / tuve que soportar lo soportado… si para estar ahora enamorado / fue menester haber estado herido, / tengo por bien sufrido lo sufrido, / tengo por bien llorado lo llorado… porque después de todo he comprobado / que no se goza bien de lo gozado / sino después de haberlo padecido… porque después de todo he comprendido / que lo que el árbol tiene de florido / vive de lo que tiene sepultado…”… la semilla depende del terreno para, sepultada, echar sus raíces… sin raíces no se llega a nada… ¿las «raíces» han de ser nuevas?… pregunta extraña… es verdad que toda madurez supone largo tiempo y que, por ello, las verdaderas raíces son siempre antiguas… el problema, hoy, se da cuando estas mismas no han existido… en efecto, cuando la gratuidad no ha abierto el surco de tu historia… cuando la experiencia del don no te ha iniciado en un particular «estilo» de existencia… entonces se te hará muy difícil una vida profunda y fecunda… la semilla de la gratuidad necesita la tierra buena del abandono para, echando raíces con confianza, dar fruto… la #rosasinporqué florece hermosa en el jardín de la confianza… ¿vives de tus raíces?, ¿cuidas el terreno de tu corazón para las siembras de la gratuidad?… (con el Evangelio de hoy San Mateo 13,1-9)…