… no gritas, no fuerzas ni atropellas, respetas y esperas, todo lo contrario de lo que hago yo… pero Tú y yo somos, los dos, una sola hoja de papel… yo soy la página de arriba al sol y al aire, para todo el que quiera leer una palabra, oírte y encontrarte… Tú eres la página de abajo que me sustenta, invisible, pegado a la madera… en tu búsqueda no puedo darme la vuelta, ni salir de mi ser, ni asomarme al otro lado de mí mismo, ni sorprenderte en un giro repentino para verte en tu Misterio… sólo puedo quedarme suspendido en el silencio de tu gracia, y sentir cómo fluye la vida exacta hasta mí, desde mi nada donde yo me recibo inagotable desde Ti… después, en mi jornada, sales en mí hacia la calle, abrazas con mis brazos, y te asomas en mi mirada… no te avergüenza mi límite, ni restringe mi vocabulario… en mí te vas haciendo un verdadero Servidor sin obras perfectas… juntos ensayamos tu Reino, en mis intentos de aprendiz eterno en esta tierra de mañanas… mi Dios de abajo, silenciosa consistencia, no puedo desgarrarme sin herirte, ni puedo ser tu página abierta si Tú no eres mi página callada… la #rosasinporqué no fuerza las situaciones, la gratuidad la hace estar abajo, callada y delicada… ¿fuerzas y violentas las situaciones y las personas pensando que siempre tienes razón?, ¿respetas los tiempos y las historias?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 12,14-21)…