No es cierto que todo es muerte, que todo es tinieblas, que todos son fieras, que todo es sepulcro, que todo es vacío

… no es cierto que todo es muerte, que todo es tinieblas, que todos son fieras, que todo es sepulcro, que todo es vacío… no es cierto que todo en tu vida está roto, que todo en el mundo está quebrado… cerrar los ojos al dolor es tan falso como cerrar los ojos a la vida, también evidente, también imposible de ocultar, también imposible de callar… comparte tu vida como compartes el pan, el vino y la palabra… y cuando el fracaso parezca desmembrarlo todo… cuando el hastío vaya plegando cada vida aislada sobre sí misma contra su propio rincón, pegadas las espaldas contra muros enmohecidos… cuando el rodar de los días arrastrando confusión, estrépito y consignas, impida escuchar el susurro de la ternura y el pasar de la caricia… cuando la dicha te encuentre y quiera trancar tu puerta sobre ti mismo, como se cierra en secreto una caja fuerte… cuando se acerque el Domingo porque cayó la reja que apresaba la aurora, y presientas que amanece más justicia, y la solidaridad crece, y el amor es posible crece… reúnete y escucha la palabra, y comparte el pan, y comparte el vino, ¡y comparte tu vida!… y deja brotar la dicha común y sustancial, el futuro escondido, en esperanza, en ésta memoria Suya inagotablemente viva de Eucaristía… la #rosasinporqué vive eucarísticamente, bendecida, ofrecida y entregada, porque la gratuidad no le permite vivir de otra manera… ¿está tu vida dimensionada en bendición, ofrenda y entrega?, ¿es tu vida fecunda para los tuyos y para los demás?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 14,12-16.22-26)…