“Lo barato sale caro”, decían los abuelos de antes

… “lo barato sale caro”, decían los abuelos de antes… porque la verdad es que lo que vale, cuesta… una amistad barata nadie la quiere, pero existe… un amor barato nadie lo busca, pero muchos se conforman… una fe barata esclaviza, pero abunda… esto de aprovechar las ofertas es tramposo, termina ganando el consumo desaforado y los bolsillos de unos pocos… “¡es barato!, ¡hay que aprovechar!”, compras barato y sientes que has conseguido una ganga… se genera una dinámica, en muchas ocasiones, que no es tanto la de las compras necesarias sino, más bien, la de “hay que comprar”… vives en una sociedad y una economía que funciona gracias a la producción y el consumo, pero eso no te exime ni te justifica para cualquier forma de consumo… no estaría de mal que te obligues a una austeridad vital que sea, también, una forma de libertad y de justicia… lo más barato no es comprar barato, sino no comprar lo que no necesitas… este consumo barato, este más por menos, no debería valer para las dimensiones importantes de tu vida: amistad, amor, familia fe… ¿máximo resultado con la mínima implicación?, ¿bueno y barato?: ¡esto no vale!… en las dimensiones esenciales de la vida el criterio debería ser encontrar algo, Alguien, tan valioso como para entregarlo todo… y para eso no hay oferta que valga… la #rosasinporqué no le pone precio a la vida, ni a la amistad, ni al amor, ni a la familia, ni a la fe, la gratuidad le permite vivir lo valioso como tal… ¿encoges tus relaciones esenciales abaratándolas?, ¿le pones precio a la vida, a la amistad, al amor, a la familia, a la fe?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 12,1-12)…