… “caminante peregrino”, ¿quién eres?, ¿dónde estás?… de Dios vienes y a Dios vas… pero, ¿todo es así, tal cual lo ves ahora?… deja todo apresuramiento y recuerda tu doble origen: celeste y terrestre… el «sentido», la vocación y la vida profunda, lo recibes de lo alto… no sólo ayer, sino a cada instante… es presente, es ahora, es «ya»… no has de aguardar hasta mañana: vives y eres ya… tu vida es nueva aquí y ahora… ¡tus sentidos han sido curados!… ves, oyes y sientes…
… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, alguna vez sospechabas que estarías «formado» o «dispuesto» para no sé cuándo… ¡nada de eso!… creces en madurez cuanto más te descubres en el presente, en el ser… ¿quién eres?: ese «tú» que pronuncia Dios… ¿dónde estás?: en el Corazón de Dios… no temas, ¡no!… recibe, simplemente, lo que no tiene condiciones… el Amor de Dios no se compra, desde luego, y hiere… pero no temas el sufrimiento… el dolor, es una escala que lleva muy alto… ¡te lleva adonde no sabrás decir!…
… no temas la incomprensión, o el desprecio, o la torpeza que tantas veces daña tus días… hay quienes no comprenden ni pueden comprender… no interesa esto ahora… es verdad que hay sed de poder en los caminos que cruzas y esto hace mucho mal a todo caminante… ¡coraje!…. también es necesario combatir… la vida es una lucha espiritual y hay muchos que juegan como enemigos… pero no te hallas en campo alguno, ni en escenarios, ni en estadios… ¡tu morada es el Corazón de Dios y eres esa luz!… ¡ese «tú» que, incesantemente, pronuncia Dios!…
… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, ves, oyes y comprendes lo que otros ojos no ven, lo que otros oídos no oyen y lo que otros corazones no comprenden… no eres mejor que nadie, sólo eres un herido por tus hermanos y tus sentidos han sido curados… nada más, nada menos… desayuna y matea con la Verdad del “pan del día”, (Mateo 13,10-17: “… porque miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden … ”)…