Desnutrición afectiva

23 Julio

La desnutrición afectiva por insuficiencia de gratuidad genera débiles cordiales. Tal vez se mira mucho y no se ve nada, tal vez se habla mucho y no se dice nada, tal vez se oye mucho y no se escucha nada. Los corazones quedan como plastificados, insensibilizados por desnutrición afectiva, por falta de atención en lo esencial: una mirada, una caricia, un «te quiero». Los niños y los jóvenes parecen discapacitados sociales por anemia amorosa de la vida en familia. La “rosa sin porqué” es una parábola de la gratuidad cuando se la ofrece, y de la gratitud cuando se la recibe; es parte de la nutrición afectiva que todo corazón necesita. ¡No dejemos de alimentar con afecto cotidiano a los niños y a los jóvenes!