No dejes que te invada la tristeza de lo aparente

… no dejes que te invada la tristeza de lo aparente, ni que te gane la desilusión de los fracasos… cuando todo calla, calla tu también… el silencio no tiene tarjeta de presentación, siempre es apertura… no aguardes hacer esto o aquello ahora por «sentirte mejor», es un error refugiarse en los «premios» inmediatos o impactantes: no hay resultados buenos en esos parajes… cuando todo parece callar, aunque tengas angustia y perplejidad, piensa que «todo» comienza en nueva aurora… la aurora no es un tratado, ni un libro, menos todavía una reunión, menos un festejo… no insistas forzando ocasiones o lo que fuere… felicítate de pedir, buscar y llamar que esta pobreza es tu morada y riqueza… ella es siempre tuya, no precisa «andadores» ni apoyos de ninguna especie… ¡busca de una buena vez, en tu corazón, y respira tu Bien!… que lo que necesitas no está ausente, está en silencio, simplemente eso… si estás en tu casa, permanece en ella… si has de viajar, viaja… si tienes que ir por esos andurriales, ve… en realidad no estás ni aquí, ni allí: estás donde no sospechas estar…. estás desde luego en tu corazón y en dónde amas… pide para recibir, busca para encontrar y llama para que te abran: ¡no hay más!… la “rosa sin porqué” pide, busca y llama a la gratuidad, y cada aurora deja lugar al amanecer que se la regala… ¿te reconoces pobre y necesitado para pedir, buscar y llamar?, ¿dejas que la aurora desaparezca para que dé lugar al amanecer o pretendes retenerla a toda costa?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 11,5-13)…