Si no conoces la misericordia

… si no conoces la misericordia, esto intenta: párate a esperar a tu hijo cuando vuelva… sal corriendo a abrazarlo, apenas tu amor lo vea, y llénalo de besos, aunque él no lo entienda… y cuando quiera explicarte, lo que fue su odisea, apúrate a cortarlo, y a comenzar juntos la fiesta… ponle el vestido nuevo, que compraste tú en la tienda, cámbiale los zapatos, refresca su andar a tientas, y ponle el anillo guardado, justo en su mano izquierda… y si alguno te pregunta, si has perdido la cabeza, dile que tienes un hijo, del que no te dabas cuenta que volviendo a encontrarlo, tu vida, de más se alegra… ese día sabrás lo que la misericordia encierra: el corazón de un padre, y toda esta elocuencia… la “rosa sin porqué” sabe de misericordia y la anuncia con sólo la alegría que despierta… ¿te alegras y festejas los regresos de los idos o les recriminas sus ausencias?, ¿anuncias con tu vida la misericordia entre los tuyos como la mejor buena noticia?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 16, 15-20)…