Nací sin solicitar turno ni pedir permiso

… nací sin solicitar turno ni pedir permiso… llevo la vida como un don, la asumo como una responsabilidad… me enseñaron a vivir, y aprendí a festejar la vida… me enseñaron a sembrar y aprendí a valorar la espera… me enseñaron a callar y aprendí a valorar la paciencia… me enseñaron a hablar y aprendí a valorar la voz sincera… me enseñaron a contar y aprendí a valorar toda la ciencia… me enseñaron a mirar y aprendí a valorar, junto a mí, la belleza... me enseñaron a saludar, y aprendí a respetar las diferencias… me enseñaron a alabar y aprendí a valorar al Dios que es Presencia… me enseñaron a un “gracias” saber dar y aprendí a apreciar la gratuidad… la “rosa sin porqué” es de todos y en todo agradecida… ¿llevas la vida como un don o la arrastras como una carga?, ¿ayudas a que la vida de los demás sea una bendición o, al contrario, les haces la vida insoportable?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 1,57-66.80)…