4 de mayo de 2018
… los sentimientos son las vocales que junto a las consonantes de las acciones tejen el vocabulario del amor… muchos aconsejan el corazón como guía, los sentimientos como test de autenticidad, el feeling como mapa… a veces esta receta es la peor, a veces si sólo escuchas a tu corazón recibes el peor de los consejos… el “haz lo que sientas” debe equilibrarse con un “piénsalo antes, piénsalo bien”… el amor es demasiado importante y hermoso como para reducirlo a los impulsos emotivos… cuando se pone mucho el acento en el “sentir”, acabas convertido en un sentimentalista incapaz de “funcionar” si flaquean tus sentimientos… y si no tienes en cuenta tus sentimientos pareces una fría y monótona máquina… ten presente que no se legitima abandonar el compromiso adquirido con el argumento inamovible de “ya no siento como antes”, o “sin ganas no sirve para nada”… en un mundo, tan ávido de entusiasmo y emoción, son lindos los impulsos, el sentimiento y la pasión, por el arrebato que a veces te lleva a hacer locuras, y por el riesgo que es la materia prima de muchos sueños… pero también hay que valorar la calma del análisis, la serenidad del pensamiento, la cordura en las decisiones… las palabras necesitan vocales y consonantes, la vida sentimientos y raciocinio… la #rosasinporqué no permanece muda, la gratuidad le permite armonizar corazón e inteligencia evitando callar y hablar por hablar… ¿amas con tus acciones o eres sólo un manojo de sentimientos?, ¿sabías que si realmente amaras podrías hacer lo que quisieras?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 15,12-17)…