… los pies que se empeñan en el seguimiento, son pies que se cansan… son pies que recorren el peligroso camino por donde la vida se perdió y aún está en peligro… pero como el que ama no puede parar hasta ver a salvo a aquel que ama, sus pies no se detienen ni ante la posibilidad de quedar lastimados… el que ama no descansa mientras su amado todavía no ha vuelto… y basta que el demorarse, traiga la posibilidad de que ya no vuelva, para que sus pies, se pongan en camino… cuando el amor se pone en camino busca en misericordia otros pies… pies a los que hace falta allanarle el camino, enderezarle las sendas, darle una oportunidad… entonces, el cansancio pasa a segundo lugar… la “rosa sin porqué” es incondicional en el seguimiento de la gratuidad… ¿tienes los pies cansados y aún te empeñas en seguir la marcha?, ¿sólo te preocupas por caminar o te preocupas por encaminar tus pasos hacia una meta?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 9,51-62)…