… los gestos forman parte de tu vocabulario… te dices y dices más con tus gestos que con tus palabras… las palabras pueden engañar y los gestos confundir… palabras que engañan son trampas, gestos que confunden son muecas… el corazón necesita decirse, no tanto mostrase y menos exhibirse… necesita decirse y muchas veces desbordarse con la sinceridad de sus sentimientos más profundos… de ahí, los abrazos, las caricias y los besos… quien ama, abraza, acaricia y besa… y muchas veces parece que se queda corto, y necesita abrazar más, acariciar más, y besar más… las acciones verdaderas son las que más te acercan a la gratuidad, y son esas que parecen desprovistas de todo valor y de toda «vistosidad»… son esas que «pasan todos los días» y «a cada rato», a las cuales no les das demasiada importancia, pero son las «obras mayores»… no es cuestión de «demostrar nada», el amor solo se muestra y demuestra… la #rosasinporqué demuestra que la gratuidad es la savia que la vivifica al mostrarse radiante cada mañana… ¿demuestras tu amor con gestos auténticos?, ¿abusas de gestos convirtiéndolos en muecas?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 7,36-50)…