… la mediocridad es caldo de cultivo de la mezquindad, así como la entrega es la tierra fértil de la magnanimidad… el cálculo, el regateo, el “pichuleo”, son las herramientas del mezquino… la gratuidad es la herramienta del magnánimo… el mediocre siempre se justifica, vive en un ambiente de queja, y la “culpa” siempre la tienen los otros o su mala suerte o estrella… el responsable asume su parte, da las gracias y va para adelante… el mediocre bastardea la libertad y queda esclavo de su dejadez y pereza… el responsable asume su libertad, y cada vez es más libre… ¿cómo te encuentras ante el «imperio» de la «necedad», en edades de «torpeza» en este desierto de “mediocridad”?, ¿qué haces?… es preciso obrar con convicción, sabiendo que en las ciénagas que escapan a la racionalidad es necesario callar y «seguir»… es lo que el Dante le hace decir a Virgilio, ante los gritos de los mediocres: “no hablemos de ellos, pero tengamos los ojos abiertos y sigamos adelante»… «sigue», pues, sin vacilar a pesar de los gritos, a pesar del ruido, a pesar de los «aparatos», a pesar de las noticias… aprende a valorar tus pasos de gratuidad y el camino de magnanimidad que trazas… la #rosasinporqué asume en libertad su responsabilidad, la gratuidad la aleja de la mezquindad y de la mediocridad… ¿te contentas con hacer las cosas a medias y así nomás?, ¿asumes la responsabilidad de tu libertad?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 7,31-35)…