… lo que tanto anhelas, se te escapa… lo que buscas, se te da… lo que más necesitas, ya está en tu interior… ¿no lo sabías?… “la Paz les dejo, mi Paz les doy”… son palabras del Señor que ha celebrado la Pascua en tu corazón, y no son palabras vanas… ¿es necesario que alterares la quietud propia que te ha sido donada tan abundantemente con la ansiedad y la angustia del «qué cosa hacer»?… terrible sentencia ésta del «hacer» y terrible afán el de creer que «haces»… no te conmueve, aún, ni te advierte suficientemente la palabra del Señor que agrega: “no se inquieten, ni teman”… sigues dudando y porfiando una paz ilusoria que imaginas originada por los perecederos bienes de esta tierra… la Paz brota del Corazón de Cristo y tiene por destinatario permanente el corazón del hombre… es una realidad… es verdad que se te otorga, que la recibes si quieres acogerla en lo profundo… aquí está la clave: en lo «profundo»… el hombre se ha tornado infecundo en el camino espiritual por el exceso de distracciones, de cambios, de encuentros, de informaciones, de noticias de todo tipo… busca la paz y corre tras ella, y deja vivir en paz a tus hermanos… está muy bien que “hagas”, pero, sin oración de nada te aprovecha… la #rosasinporqué posee la paz porque la gratuidad la habita… ¿qué paz es la que buscas?, ¿tienes un momento de silencio orante por las mañana?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 15,1-8)…