Has llegado ayer, sí, ayer mismo, a la ansiada meta

… has llegado ayer, sí, ayer mismo, a la ansiada meta… las montañas vistas desde lejos se te antojaban lejanas, inalcanzables tal vez… sin embargo, hoy has visto, quizá sin apuros, que tu arribo fue ayer… ¡ya estás, ya te encuentras, ya no tienes que correr!… aunque debas continuar tu camino, ya estás… es hora de que recuperes ese sentido profundo que te ayudará a seguir “hacia dentro”, lejos de prisas y de superficialidades, lejos, en suma, de las tentaciones que asaltan a los viandantes de camino… es que tu andar, tu caminar, tu seguimiento, no es “hacia fuera”… reposa, pues, en tu corazón, que toda vida es gratuidad… y calla… no inquieras más, no dejes que ningún palabrerío te aparte o distraiga el seguimiento… muchas veces sales de casa y te pierdes buscando lo vano de situaciones soñadas y nada más… ¡el Señor ya entra para quedarse contigo en tu corazón!… la #rosasinporqué no promete seguir por afuera a quien no sigue por adentro, en y con el corazón agradecido… ¿prometes mucho por fuera pero te falta adhesión y convicción por dentro?, ¿sabías que hasta que no decidas con el corazón y con él te adhieras siempre encontrarás excusas y peros para hacer las cosas?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 9,57-62)…