Las raíces de todo lo real

“Las raíces de todo lo real
se esconden en la oscuridad de la tierra,
y la moralidad no pertenece
a un reino en el que los árboles
crezcan con las raíces hacia arriba”
(Vladímir Soloviov)

… desear la paz, y buscarla;
correr con otros tras ella,
mirar al cielo y chapotear en el barro;
ser alcanzados por ella,
reconocer la verdad y hacer el bien,
y en todo saber, aceptar y confesar,
que Tú, Señor, ¡estás presente!…

… aceptar el barro y el cielo,
aceptar los tiempos,
saber que hay un tiempo para moler,
y un tiempo para hornear…

… hay un tiempo para moler,
para ir triturando lentamente los granos,
y lograr tener la masa informe de lo posible,
en la soledad acompañada de los acontecimientos…

… hay un tiempo para hornear,
para ir cociendo los panes de las mesas,
en los hornos ardientes de la espera,
como un sueño que crece y se cuida…

… sin moler,
sólo se hornean
fantasías impacientes,
… sin hornear
sólo se muelen
ilusiones para la muerte…

… si la sal no sale del salero no sala,
y no sirve para nada…
… si la paz no sale del corazón no pacifica,
y queda sólo en palabras…

“… que haya sal en ustedes mismos
y vivan en paz unos con otros…” (Marcos 9,50b)

(… la “rosa sin porqué” necesita de la sal de la entrega gratuita para establecer la paz allí donde se encuentra… con el Evangelio de hoy, San Marcos 9,41-50…)