En la unión hay partes, en la unidad no

… en la unión hay partes, en la unidad no… pueden las partes distanciarse y perderse la unión, no así en la unidad que desconoce las distancias… sólo el amor es capaz de ir más allá de la unión, ya que no soporta las distancias… para la unión alcanza el respeto y la buena educación, pero es el interés el que la promueve… la unidad es desinteresada, porque la origina la gratuidad del amor auténtico… canta el poeta en el centro de su alma: “¡amor!”… no sabe cómo manifestar su melodía ni cómo escribir lo que se escapa… huyen los modos, se detienen las palabras, no hay manera de decir, apenas un llanto escondido en lo más hondo… y, sin embargo, resuena en los espacios sin fronteras, un himno que es incomparable y que no parece necesitar otra cosa que su inspiración secreta: “¡amor!”… no pretende textos ni conceptos… ha surgido y nacido más allá, y más allá permanece, continúa en nuevas armonías, saltando entre las montañas, sumergiéndose en el mar, ascendiendo a los cielos y besando las estrellas… amigo y amiga de la rosa, no desesperes en los silencios ni en los desiertos: las flores brotan en cualquier parte… la #rosasinporqué sólo existe por la gratuidad del amor… ¿buscas la unidad o te quedas en sólo la unión, siempre buena pero insuficiente?, ¿dejas que florezcan flores dónde pones amor?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 10,1-12)…