… hoy día han aparecido varias publicidades mostrando “valores”… eso es bueno, pero inquieta un poco darse cuenta de que los valores “venden” y pensar que, a este paso, se van a convertir en un “recurso” para vender y comprar embutidos, bananas, lavavajillas, celulares, ropa o perfumes… no has de reducir el mensaje del Evangelio, de la gratuidad, a valores, por más que los valores sean necesarios e importantes… es necesario que quede clara en tu vida una diferencia, y no se trata de pensarte mejor o peor… pero sí has de mostrar que hay algo que es distinto en la manera o en el motivo por el que vives esas actitudes, esos valores… los valores evangélicos de gratuidad echan raíz en una manera de creer y de entender a Dios… y por eso mismo tienen acentos, tonadas, matices y rasgos únicos… el amor tiene vocación de eternidad, la compasión nace de saber que el otro es tu hermano, el perdón es posible porque Dios es Misericordia, la paz es bienaventuranza… y es que, desde la fe, estos valores son reflejo que te permiten intuir a Dios como Padre… si amas, no es porque es lo mejor… si perdonas, no lo haces porque conviene… si bendices, no lo haces porque te da paz… si amas, si perdonas, si bendices lo haces porque eres hijo de Dios Padre misericordioso… la #rosasinporqué vive desde la gratuidad el amor, la compasión, el perdón y la bendición, por eso no está pendiente de valorizar lo que ella hace… ¿cuán es la fuente de la cual brotan las actitudes y acciones valiosas de tu vida?, ¿obras como hijo de Dios misericordioso?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 6,27-36)…