… si herir el papel con cortantes letras, o rasgar el silencio con palabras tensas, si romper la pradera con pesadas huellas, o quebrar el agua con ondas de piedra, en algo, al amor, bien parezca… es aún decir muy poco de lo que al enamorado le hiere la ofensa del amado y su ceguera… enamorado que escribes en el corazón sin dañar su hoja siquiera, que hablas de amor y aún el silencio no se entera, que marchas delante y tu caricia das por huella, que tocas el agua de los ojos y la duermes bien serena… ¡qué locura tremenda herir al amor y esperar que se defienda!… cuando el amor de verdad lo único que hará será tener paciencia… la “rosa sin porqué” ama y espera con impaciente paciencia… ¿es realmente el doble amor el único amor de tu corazón?, ¿disocias el amor a Dios del amor al prójimo distorsionándolos y aniquilándolos?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 12,28-34)…