Déjame fundir mi historia

cristo… déjame fundir mi historia en tu Corazón con toda su carga de debilidad, y entregar a tu Misericordia lo que tu Amor dejó atrás… déjame fundir mis ojos en tu Corazón hasta mirar reconciliado mi propia realidad… déjame fundir mis oídos en tu Corazón hasta escuchar lo que jamás imaginaron que podías y querías pronunciar: “Yo te perdono; quédate en paz”… déjame fundir mi boca en tu Corazón hasta aprender en el silencio a decir: “Papá”… déjame fundir mi rostro en tu Corazón, hasta encontrar del niño aquel asombro con que un día me acercaba hasta tu altar… y si ves que a las puertas de fundirme, mi miedo me detiene y te dice: “¡basta ya!”, que tu mano en mi cabeza, me responda: “tan sólo, déjate amar”… la “rosa sin porqué” está fundida con la gratuidad que le da subsistencia… ¿fundes tu vida entera con tus amores hasta ser “uno” con ellos?, ¿sabías que la devoción al Sagrado Corazón de Jesús es una relación apasionada con una Persona viva?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 15,3-7)…