¿Has visto hoy la aurora?

… ¿has visto hoy la aurora?,
¿sabes que Dios
habla en todas partes?…

…oración primera,
camino sin rumbo y,
aparentemente, sin destino…

… ayer todo era más claro,
más diáfano…
… por lo menos veías el suelo que pisabas,
la tierra que te sustentaba…
… y más lejos el horizonte,
tal vez lejano, pero inconfundible…
… ¡era hacia allí!…

… tal vez, ya atardeciendo,
es muy difícil decir nada acerca de todo aquello…
… y te turbas, te angustias…

… ¿dónde quedan los sueños?,
… ¿dónde lo sembrado y transpirado?…
… ¿dónde?…

… quizá lo primero,
lo mejor, lo más oportuno y lo más noble,
sea volver al silencio más profundo,
a la quietud y a la paz…

… cuanto más se desciende
al silencio y en el silencio,
más se perciben los sonidos menores…
… ¡en estos murmullos quedos se oye más!…

… esta noche, quédate, pues,
a la luz de la lámpara en medio de la noche…
… o si sales, busca las estrellas…

…trata de descubrir ese misterio
que allí se esconde…
… detente ante el silencio de las flores…
… detente ante el silencio del dolor…
….detente ante la pregunta
que no halla ni tiene, ahora, respuesta…

… cierra los ojos y abandónate a Dios…
… deja pasar, deja dormir…

… tal vez un sueño
te despierte a otro sueño
en la oscuridad…
… ¡no te canses de soñar!…

… rompe con esas cerrazones
de la “productividad”…
… y sal al aire libre, en la noche,
al suave viento de tu corazón…

“… sea que duerma o se levante,
de noche y de día,
la semilla germina y va creciendo,
sin que él sepa cómo…” (Marcos 4,27)

(… la “rosa sin porqué” no se preocupa ni se angustia por los resultados, la gratuidad la preserva de todo cálculo… con el Evangelio de hoy, San Marcos 4,26-34…)