Fue ayer que te vi llegar

… fue ayer que te vi llegar,
rodeado de una multitud que te seguía,
los niños saltaban de alegría,
con ramitas de olivos en sus pequeñas manitos,
las familias alfombraban con sus mantos
el paso de Presencia humilde, pacífica…

… ¿por qué tanto júbilo contenido?,
¿por qué el desborde espontáneo
de tanta gente sencilla, pobres y ricos,
que tenían sus esperanzas postergadas?,
¿por qué esa alegría contagiosa
que en otros provocaba envidia?…

-“¿Quién es?,
¿por qué lo aclaman?,
¿a qué los Hosannas
y tanta algarabía?”

-“¡Es el Profeta de Nazareth!,
el que nos acarició con las Bienaventuranzas,
el nos consoló con sus palabras,
el que nos alimentó con cinco galletas,
el que sanó a tantos enfermos,
el que se sentó en la mesa de todos,
el que le quitó la sed a la samarita,
el que hizo ver al ciego de nacimiento,
el que volvió a la vida a su amigo Lázaro
y se lo confió a los suyos
para que le quitaran la mortaja”

-“¿Y por qué algunos se fastidian
y gritan odio, tan fuerte, que acallan la alegría?,

¿por qué prefieren al malhechor y condenan al inocente?,
¿por qué algunos pasan de largo y no hacen nada?,
¿por qué la autoridad se lava las manos?,
¿por qué otros se burlan y lo flagelan hasta desfigurarlo?,
¿por qué lo invitan a que se salve
y Él, y los suyos, no hacen nada?”

… ¿por qué pasó lo que pasó
y yo solo miré indiferente?,

¿qué me trajo, ahora, a Betania
y comparto con Él, y sus íntimos, la mesa?,
¿quién es esta mujer que lo unge
derrochando aceites tan valiosos
como si no costaran nada?…

… ¿algún día entenderé
que si la vida no se derrama
por quienes amas
no vives para nada?…

“… ‘¡déjala!,
ella tenía reservado este perfume
para el día de mi sepultura’…”
(Juan 12,7)

(… la “rosa sin por qué” se derrama a cada instante dejando en la casa la gratuidad como fragancia… con el Evangelio de hoy, San Juan 12,1-11…)