Dame esas tus manos mías

… dame esas tus manos mías,
necesito bendecir y consolar,
necesito quedarme presente
en el misterio de la Eucaristía…

… dame esos tus pies míos,
necesito estar en cada familia,
necesito llegar a todos lados,
a la oveja del corral y a la perdida…

… dame ese tu corazón mío,
necesito que el Amor
no quede encerrado,
necesito que todos sean amados…

… dame esa tu vida mía,
serás el misterio de otro Cristo,
sacerdote para siempre,
sin importar tu cuantía…

… dame esos tus sueños míos,
necesito lavar los pies
a los hombres caídos y egoístas
para que descubran el sentido de la vida…

“… ‘si Yo, que soy el Señor y el Maestro,
les he lavado los pies,
ustedes también
deben lavarse los pies unos a otros’…”
(Juan 13,14)

(… la “rosa sin por qué” vive de la gratuidad por eso su vida no le pertenece y se brinda sin medida… con el Evangelio de hoy, San Juan 13,1-15…)