Existen cansancios insospechados, que van desgastando todas las reservas de tu vida

… existen cansancios insospechados, que van desgastando todas las reservas de tu vida… el “mal esfuerzo” del engreído y el “mal descanso” del perezoso indolente, ¡cansan!… los cansan a ellos y cansan al resto… cansan los que pasan factura porque cumplen mejor que nadie, esos que te cuentan su lista de méritos antes de decir su nombre… cansan cómo se disfrazan de moralistas, de socialmente comprometidos, de auto realizados, hasta de piadosos… se mal esfuerzan para ser reconocidos y para poder “cobrarse” el trabajo o el servicio que realizan… cansan, también, los vagos que ponen hasta a Dios mismo como excusa para su vagancia, como justificador de sus derechos sin deberes… te cansas de tus propias perezas cuando andas “muy ocupado en no hacer nada”… sin embargo hay un tipo de esfuerzo sin facturas, un trabajo “gratis”, un desvivirse que da vida, una generosidad limpia… y existe también un descanso que humaniza y un ritmo de vida que no prima sólo la efectividad… un ritmo que permite que te encuentres contigo, con los otros, con Dios… cuidado con creerte tan bueno que te eximas de todo nuevo compromiso, cuidado con no hacer todo lo que puedas justificando tu dejadez… todo es gracia, pero nada es gratis… la #rosasinporqué no cansa ni se cansa, la gratuidad la hace hermosa sin mérito alguno de su parte… ¿te mal esfuerzas con el fin de que te aplaudan y recompensen?, ¿mal descansas sin esforzarte en nada, muy ocupado en no hacer nada?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 19,16-22)…