… éste es un magnífico ejercicio para la gratuidad: confiar, a propósito, cuando está nublado, cuando es de noche, cuando todo te parece inútil… parece que estás demasiado viejo y te falta una mirada de niño, un sueño, un juego que te permita ver y pasar más allá… vive sólo el día de hoy con mayor confianza y ¡te sorprenderás!… desafía tus circunstancias con un arrojo que se nutra en la esperanza… no has de mirar para atrás, ni para ningún otro lado… enamorado del silencio y del silencio de “resultados”, abandónate en una confianza que no falla y “vuelve gratuitamente a intentarlo”… es verdad que no faltarán momentos de dolor o de incertidumbre que ensombrezcan tus jornadas… porque el «mundo que te circunda» teme y contagia temores y sobresaltos… y es verdad que tu impotencia se apodera de tu corazón, y se gestan representaciones de todo tipo velando las horas mejores y turbando la paz… por eso es preciso hablar y pensar menos, ¡calla las impertinencias cuando sacudan tu confianza!… la #rosasinporqué todo lo ha recibido gratuitamente y sabe que gratuitamente lo seguirá recibiendo, por eso el arrojo de su confianza… ¿pretendes calcular la pesca o la cosecha y por eso te desilusionas de tus magros resultados?, ¿eres capaz de volver a empezar apoyado sólo en la confianza y no en tus cálculos, genio , experiencia o esfuerzos?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 5,1-11)…