Enviado para consolar

… “caminante peregrino”, se te proponen tantas herramientas… sobre todo, aquellas para llegar al mayor de los resultados y obtener el mejor premio… es posible que te juzguen mal y que, algunos, tengan por derrota lo que, en realidad, es una victoria… ¡porque no es aquel el camino que te interesa!… es seguro que no arribarás a satisfacciones, ni a regalos… ni a descansar en esos «resultados» que se tienen por definitivos… las campanas más bellas suenan más lejos o más cerca, pero en claves muy diferentes…

… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, una vez más: no estás donde crees estar… ¡no eres lo que sospechas!… ¡ni posees esto o aquello!… ¡tu vida es un Misterio!… y el Misterio del hombre puede ser tan grande como el Misterio de Dios… deja las pequeñeces más pequeñas, donde gimen las máscaras y seduce no sé qué poder… ¡deja que corran y que chillen!…

… ¡deja bastón, alforja, pan, dinero y una de tus túnicas!… todo eso no te empeña, ¡nada tienes que ver con esas cosas aunque las necesites!… ¡deja de una vez de mandonear a diestra y a siniestra!… sólo el mediocre pretende satisfacerse jugando a ser «mandón», y es trágico y triste… por tanto: ni pierdas, ni ganes… deja y calla en la misma intimidad que te ha sido regalada… y cuya luz, sol, brilla siempre en lo hondo de tu corazón…

… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, recibes “poder y autoridad” para ir a los tuyos con la Buena Noticia… ¡anúnciala y sana sus dolencias!… no dependas de los medios y de los instrumentos… no te excuses justificándote que no posees lo necesario o que no eres el indicado… ¡eres un enviado del Amor para consolar!… desayuna y matea con la Verdad del “pan del día”, (Lucas 9,1-6: “… les dio poder y autoridad…”)…