En el palo vertical de la Cruz

… en el palo vertical de la Cruz
se iba entremezclando
la Sangre de Jesús
con la sangre de todos
que impregnaba la madera
de confusión y de fracaso…

… “¿por qué me has abandonado?”,
grita el Amado y con Él gritamos todos,
en sueños sin vuelos,
en manos sin trabajo,
en justos sin justicia,
en sociedad sin amistad ni paz,
en niños, jóvenes,
hombres y mujeres,
abuelos, familias,
enclavados…

… entre el Hijo y el Padre,
distancia sin medida
en el desamparo de la Cruz,
y comunión sin fisura
en el don de Si mismos,
el grito en el Padre
y el Padre en el grito…

… entre una y otra orilla
de tu Misterio, Señor,
yo me abandono
con los brazos extendidos,
no sé si para volar
o para ser crucificado,
en el don sin medida
de Ti mismo en mí mismo…

“… es necesario que el Hijo del hombre
sea levantado en alto,
para que todos los que creen en Él
tengan Vida eterna…”
(Juan 3,14b.15)

(… la “rosa sin porqué” es elevada en lo alto del tallo por la gratuidad y regala toda su vida y hermosura… con el Evangelio de hoy, San Juan 3,13-17…)