El uso del engaño, la simulación y de las acechanzas, es miseria

… “caminante peregrino”, adéntrate en el corazón, al “castillo interior”… es posible que, inicialmente, no halles el «lugar» que procuras… pero no dejes los caminos, ¡esos caminos profundos!, por ningún motivo… sí, desde luego «adéntrate en la espesura» para redescubrirte en la «Hermosura» de tu Señor… cuando desciendes a la altura del «parque de los niños” y te dispone a «jugar» en verdad… entonces, y sólo entonces, te acercas a tu destino…

… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, abrázate al Secreto que te invita constantemente… no darás con ese “puente levadizo” en las estructuras y los engaños de ambiciones y propósitos que suenan por ahí… ¡y fastidian por todos lados!… ¡y matan!… sí, asesinan con gritos y laberintos, con la envidia, con miradas torvas, de perfil y de costado, nunca de frente… ¡huye de la mentira!… lo que no es, no es… ¡y se acabó!… no te escondas, no te tapes…

… no hay otra posibilidad en la hipocresía… el uso del engaño, la simulación y de las acechanzas es miseria… y sólo puede tener efecto cuando se le presta atención… huye de toda adulación, que es el verdadero «opio de los pueblos”… en silencio, nadie es más fuerte que quien mora en el silencio… calla, sí, es mejor callar cuando nada hay para decir… calla y contempla la luminosidad de esa Aurora incomparable que se levanta a cada instante en el oriente del Ser…

… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, te determinas con determinación a dejar de dar vueltas… y “con consideración” te aplicas a la verdad de las cosas y de las personas… que “camino de perfección” llevas… sabes que “la paciencia todo lo alcanza”… desayuna y matea con la Verdad del “pan del día”, (Lucas 11,42-46: “… hay que practicar esto, sin descuidar aquello… ”)…