No pelees por querer explicar lo que no tiene explicación

… “caminante peregrino”, es probable que, por diversos motivos, te detengas en recuerdos o planteos acerca de lo que quizá debiste hacer ayer… o de lo que conviene hoy para cubrir errores pasados… se trata aquí de una trampa nada pequeña… tal vez del enemigo… tal vez de tu porfía o inseguridad… tal vez de nostalgia o de melancolía, según los temperamentos…

… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, aleja y abandona estos pensamientos… que no te entregan lo que realmente constituye tu deseo profundo… tu mejor intención, de ayer y de hoy… esos pensamientos te obligan a descarrilar y a apartarte del camino del corazón… la “obra escondida” no se manifiesta hacia afuera… sino que está celada hasta “la hora” oportuna que no siempre llega cuando supones… “caminar por el desierto” requiere un tiempo… ¡y ese período te parece infecundo y equivocado en tantas ocasiones!… no te enojes, persevera…

… abrir nuevas perspectivas es aceptar lo que, por ahora, no te es plenamente conocido… y no puede ser encerrado en fórmulas definitivas… el fin es Dios… Él ya está y en Él lo tienes todo… pero no puedes abarcar ni racionalizar el “gran Secreto” que sólo lo conoces en el Amor… «más allá» de tu estilo… llevas tu tesoro y tu secreto, pero no puedes hablar de él… deja que el “gran Misterio” te adopte… sin angustia y sin apresuramiento… Dios te da todo en su Paz…

… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, sorteas las trampas que aparecen en tu camino… siempre querrán convencerte que estás equivocado… permanece fiel y firme sin durezas ni rencores… no pelees por querer explicar lo no tiene explicación ya que es asunto del Amor… desayuna y matea con la Verdad del “pan del día”, (Lucas 11,47-54: “… tendiéndole trampas… ”)…