El Silencio está entre ustedes

… “caminante peregrino”, ¿qué es aquello que contradice al silencio? … ¿qué opones al silencio?… ¿se trata del ruido, de los clamores, de la palabra, de las inquietudes o angustias, de reclamos y pareceres, de mensajes y de mil cosas más?… ¿se trata de excesivas luces o imágenes y figuras demasiado invasoras, que no respetan los límites de otras presencias?… ¡nada de todo esto puede estar al nivel y a la profundidad del verdadero silencio!…

... pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, ¿puede «cubrir» al silencio una canción o un murmullo?… desde luego que para cualquier oyente sí… pero tú has de remontarte un tanto más arriba… ¡el silencio es algo así como el lenguaje primordial!… ¡el silencio es el ámbito que envuelve y acompaña al respiro y a la vida!… está más allá de las alternativas de una existencia agitada o animada por esto o por aquello… el silencio es desapego y siempre está más alto, superando las consideraciones y, desde ya, los conceptos…

… ¡el silencio es inesperado!… no se fabrica, ¡no se lo puede fabricar!… sólo un signo ha de bastar para entrar más allá y descubrirlo nuevo… el silencio no se manifiesta de un vez para siempre… el silencio se redescubre en situaciones a veces harto penosas o donde menos lo puedes sospechar… a pesar de la severidad de la hora puedes sumergirte en el silencio verdadero… porque el silencio viene de lo Alto, ¡porque siempre está!… “aquí”… “allí”… “el Silencio está entre ustedes”…

… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, te dejas engendrar por el Silencio… en Él permaneces durante todo la jornada para que las palabras que recibes y brindas no te resulten vacías… el Silencio te hace libre y compasivo… el Silencio es “música callada”… desayuna y matea con la Verdad del “pan del día”, (Lucas 17,20-25: “… el Reino de Dios está entre ustedes… ”)…