… ¿dejaste que la gratuidad te abrazara con sus brazos de bien y de belleza?… ya no puedes dejar que otra cosa te abrace y habite… has despertado en un amanecer nuevo, en la confianza del suave abandono que es una aurora incomparable… ayer perdías tiempo y espacio en horas tempranas pretendiendo eso que no llega ni razón tiene… querías vender no sé qué productos y pasar por titiritero renombrado entre las gentes de tu vecindad… y ya no sabes si no repetir tus viejos lances, con la ilusión de aumentar lo que posees, ese poder «que no puede»… pues, deja de una vez por todas los engaños que abruman tu vida y acaban por hacer sufrir más a los infelices que pretendes someter y controlar… sí, deja esas cosas que te encadenan y abraza libremente la gratuidad… no está mal que tengas cosas, el problema está cuando ellas te tienen ti y te retienen… no acapares, no amontones, no llenes despensas con cosas que se acaban… crees tenerlo todo y no tienes nada… la #rosasinporqué vive libremente abrazada a la gratuidad, por eso no tiene cosas que la retienen… ¿has aprendido a ir despojándote de cosas o sigues amontonando?, ¿qué cosas, o personas, impiden que tu corazón sea realmente libre?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 12,13-21)…