Deja el deletéreo sí que luego es no

… “caminante peregrino”, percibes en cada recodo del camino la pregunta de Dios: “Adán ¿dónde estás, dónde te has escondido?”… lo sabes, tus respuestas son múltiples y hasta reiteradas… pues bien, en vez de plantearte un «escondite» en este mundo, o en cualquier otro… ¿por qué no te atreves, invitado por Aquél que nunca miente y nunca desengaña, a dejarte levantar a dimensiones más altas?…

… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, ¿dónde estás?… mira que la oración secreta te eleva y te arrebata “sin ruido”… ¿quisieras sentir un fuerte empujón o viaje que te lleve a un lugar mejor, a un lugar de los que, con justicia, llamas «habitable»?… ¡pero no te levanta Dios con sonoridad alguna!, te recibe «simplemente» en silencio y oración… el «lugar», que es más allá de cualquier lugar, es más alto y no tiene apariencias engañosas… sólo la oración y la meditación asiduas lo van descubriendo en quietud inigualable…

… a pesar de los asaltos y las molestias exteriores, ¡ese «lugar» existe!… la dimensión del desierto no es una quimera… ¡es el camino al Cielo a cada instante!… y si «otros» conspiran… ¡hasta tú mismo, víctima de tentaciones y de ilusiones, lo haces!… basta ese instante de luz y de adhesión para volver a la realidad profunda… fíjate dónde quieres habitar, ¡deja de vacilar!… nadie te quitará tu morada verdadera que ya está en los Cielos… ¡escondida con Cristo en Dios!…

… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, te conviertes a la Vida nueva que se te ofrece… sea por el camino de la justicia o por el camino del amor… ¡no seas liviano en tus respuestas a las invitaciones de tu Señor que llega!… deja el deletéreo sí que luego es no… decídete de una vez por el Amor… desayuna y matea con la Verdad del “pan del día”, (Mateo 21,28-32: “… camino de la justicia… ”)…