… cuando vas de camino las voces se multiplican… «sigue», dicen unos… «no sigas, detente», dicen otros… en realidad, tú sigues de cara al horizonte que conoces y no permitirás las distracciones innecesarias o fuera de lugar… pero el «nivel» del ambiente ahoga y detiene… ¿cómo es eso?… lo que carece de «realidad» pesa y distrae, las ambiciones tan vanas que te chocan todos los días son zancadillas… el «viejo enemigo» no te quiere ver pasar, le disgusta tu sonrisa, se enfurece con la paz que llevas… hará todo lo posible para ensombrecer tu rostro y dibujar profundas heridas en toda tu persona… para ello hace irrespirable el ambiente de los caminos… cuenta con tu fatiga y con la confusión que expanden voces desacompasadas y carentes de armonía… ¡sólo un empujón, nada más!… el resto lo harás tu mismo cuando prestes atención, cuando te parezca inaudito lo que percibes, cuando te escandalices porque no te ayuda Dios… no atiendas, no mires, no te vuelvas… ¡por Dios no te vuelvas!… ¿no recuerdas a la mujer de Lot?… tu sigue, con sencillez en tu trabajo y nada más… la #rosasinporqué no pierde la paz en medio de las tormentas, simplemente deja que la gratuidad haga su trabajo… ¿realizas tus trabajos en paz y con una sonrisa en tu rostro?, ¿canta tu corazón mientras tus manos trabajan?… (con el Evangelio de hoy San Mateo 13,54-58)…