Cuando te sientes insatisfecho, cuando ves que nada alcanz

… cuando te sientes insatisfecho, cuando ves que nada alcanza, cuando caes en la cuenta que nada puede saciar esa sed y hambre de tu corazón, ¿qué tienes que hacer?… pues nada… nada más que abrir tu casa y morada a la gratuidad que viene, ¡que ya está!… una suerte de frenesí acapara a los incautos que creen crecer en la vida a fuerza de «hacer cosas»… y desesperan, porque enseguida comparan sus máscaras y figuras, sin salir más allá… ante tanta insatisfacción y vacío con «obras propias» es preciso que levantes los ojos al cielo y busques una altura nueva y fecunda, que sólo viene de Dios… descubre pues un horizonte más grande, un panorama renovador que sólo alcanzas en la gratuidad y en el silencio… el escuchar atento es el respiro necesario para remontar vuelo… es verdad que no hallaras excesivas compensaciones, de esas que quiere, a toda costa, el «ego» inquieto… pero se te brindará una fecundidad no posesiva, no proyectada ni artificial, sino real y verdadera… otro “pan” es el que necesita tu corazón… “otro” pan, además del pan de la mesa… la #rosasinporqué sabe de insatisfacciones, por eso se alimenta de gratuidad y queda saciada y permanece siempre hermosa… ¿con qué alimentas tu vida, tu corazón, tu familia?, ¿sólo trabajas por el pan que retrasa la muerte o por el Pan que adelanta la Vida?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 6,30-35)…