… cuando todo parece ir mal, ¿qué puedes hacer?… esta pregunta se agolpa con tantas otras, pero no es el momento de responder esto o aquello, sino de atender, en tu corazón, lo que allí habita desde siempre… ahora mismo surge lo que aguardabas sin sospechar nada… ¡alégrate y sé siempre agradecido!… alégrate una y mil veces aunque nada veas a tu alrededor, aunque todo lo cubra el silencio, aunque el desorden de la hora presente acabe por asustarte... a pesar de lo que fuere todo está, todo se da, ¡la gratuidad ni desfallece ni puede desfallecer!… es tiempo de verdad y de realidad profunda… si no hay ruidos ni estrépitos, si nadie garantiza con sellos y documentos: ¡no importa!… tu vida late, ¡tu corazón late!… tu Dios es Dios de vivientes y no de muertos, Él regala vida y es Presencia… no temas, pues, aunque te sientas en soledad, aunque te halles solitario en las sendas de este mundo o de cualquier otro… no, ¡no temas!… nada especial tienes que hacer, calla y reposa y recibe todo con gozo… allí nace la oración y la vida… quien ora todo lo tiene… la #rosasinporqué disfruta de la vida y siempre encuentra motivos para agradecer, aún en las tormentas… ¿eres consciente del valor de tu vida y de la vida de los demás?, ¿festejas la vida como un don o la arrastras como una carga?… (con el Evangelio de hoy, san Marcos 12,18-27)…