Cuando no sepas «por qué» estás allí donde ahora mismo crees encontrarte

… cuando no sepas «por qué» estás allí donde ahora mismo crees encontrarte… cuando aguardes verte a ti mismo en un jardín lleno de flores, en un «rosedal», como en otros tiempos… cuando, te parezca que das esos pasos de ahora en un subsuelo que no conocías… cuando te «sientas» lejano, sin saber bien qué ocurre… no temas, ni desesperes… ¡no caminas por donde sospechas!, es que no hay «lugares»… aprende, de una buena vez, que sólo estás donde está quien ¡te ama!… todos los jardines se hallan en el corazón amado… porque tú eres el jardín predilecto de quien tanto te ama… los «espacios» no son tales, su «templo» ya eres tú… es la «hora» de esperar, de velar con paciencia y confianza… las acciones verdaderas son, precisamente, las que más te acercan a la gratuidad y que -generalmente- no las eliges tu… esas que te parecen desprovistas de todo valor y de toda «vistosidad», esas que «pasan todos los días» y «a cada rato», a las cuales no das demasiada importancia… sé alegremente responsable con tus obligaciones, esas son las «obras mayores», y no es cuestión que «demuestres nada»… la #rosasinporqué vela cada amanecer, vive en la gratuidad más allá del espacio, más allá del tiempo de los relojes y de los almanaques… ¿vives velando el desenlace de tu vida como un encuentro increíble y fascinante?, ¿vives este momento como el mejor de tu vida y como si fuera el último?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 12,35-38)…