Acaparar, amontonar, pensando que las cosas tan celosamente guardadas garantizan seguridad y bienestar

… acaparar, amontonar, pensando que las cosas tan celosamente guardadas garantizan seguridad y bienestar… la verdad es que la obsesión por poseer, la excesiva información, el movimiento constante sin paz, te atan y te enlazan sujetándote en las «vueltas» y «revueltas» del camino… tu pobre «fantasía» gime volando de un lado para el otro, porque hasta ella misma teje amenazas y diseña peligros… y, sin embargo, tu horizonte está despejado si vives en la gratuidad… en efecto, ella está dentro, en tu interior… suponías que tantas cosas acaecían fuera, por allí, sin reparar que lo que acontece está aquí y depende de tu conciencia… ¿ignoras la «fuerza» de la «adhesión» de tu corazón?… ¡espléndido amanecer!, ¡aurora sin par que sólo nace en la gratuidad!… entonces -te dices- “me voy a la gratuidad”… y te olvidas que a la gratuidad no se va porque desde el principio estás en ella… la #rosasinporqué no es avara con su hermosura, no acapara para sí ninguna mirada, es de todos y todos la admiran… ¿pones tu seguridad y confianza en las cosas que amontonas o en las que compartes?, ¿puedes ser feliz al deprenderte de las cosas o te tienen esclavizado?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 12,13-21)…