Cuando en la pampa, al amanecer, el gaucho sale

…. cuando en la pampa, al amanecer, el gaucho sale de su rancho fija su mirada en la línea del horizonte… no se detiene en el alambrado ni en la tranquera, aunque después tenga que orillar los alambrados y cruzar varias tranqueras… ¿por qué desayunas con tus problemas, con tus temores, con eso que tanto te inquieta?… aprende a empezar tu jornada yendo con los ojos de tu corazón hasta el horizonte de Dios, que es su Corazón… ya tendrás tiempo, luego, de ocuparte de tus problemas y de dar lugar a eso que te inquieta… ¿cuándo estarás conformes con esa «oración tuya» que quisieras «perfecta»?… en realidad te hallas ante lo más importante, lo mayor, lo que arrebata tu alma y tu vida y te eleva… pero, claro, no te conformas… y es que todo siempre parece poco, sobre todo cuando te apresuras a medir las cosas… pero no existen centímetros para la oración… porque es posible orar a cada instante y es posible que la oración tenga mil maneras… no estás llamado a repetir esto o aquello… el Señor llama, sí, es verdad, pero te llama a ti… no se trata de “modos” generales, ni de abstracciones, ni de métodos… Dios viene a tu corazón y es directo: en el secreto de cada uno… Dios “crea” cada vez, ¿le negaras “originalidad”?… la “rosa sin porqué” despliega sus hermosos pétalos cada mañana en oración agradecida… ¿oras cada mañana en el corazón de Dios o en el corazón de tus problemas?, ¿estás pendiente de medir tu oración como si fuera una acción tuya y no de Dios en tu corazón?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 6,12-19)…