… cuando la gratuidad ha formateado nuevo tu corazón, todo lo vives de otra manera… tu mirada y tu escucha, antes tan parciales y acotadas, ahora son distintas… tu sensibilidad sobre las cosas, los acontecimientos y las personas, es otra… tu memoria, antes nublada y retorcida, ahora es agradecida y da lugar a la alabanza… tu rostro, antes avejentado y quejoso, ahora ha rejuvenecido con frescas y sinceras sonrisas… al dar primacía a la gratuidad en tu corazón, ella te ha hecho portador de “buenas noticias”… pero no es posible todo esto tan maravilloso, para ti y para los demás, sin una cuota de soledad… soledad, no aislamiento… soledad, que es respeto a la intimidad, a lo interior… la soledad es un don maravilloso, un regalo real… pero te atemoriza, porque gracias a ella te abres al descubrimiento de tu libertad y no pareces muy dispuesto a «ser libre»… para evangelizar a los demás, para llevar la buena noticia hacia afuera, es necesario evangelizar hacia dentro… los errores se multiplican y los porrazos también, porque no hay conversión adentro… no hay tiempo para la extensión, es hora de profundidad… la #rosasinporqué se deja evangelizar por la gratuidad y, entonces, toda ella es portadora de buenas noticias… ¿buscas extensión o profundidad en las decisiones importantes de tu vida?, ¿eres portador de buenas noticias con tus gestos, actitudes y palabras?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 4,16-30)…