Cuando canta la gratuidad, todo calla

… cuando canta la gratuidad, todo calla… deja, pues, que tu alma cante ahora, ya y no mañana… por los caminos polvorientos del desierto, por las lejanas sendas donde creíste hallarte alguna vez, surge, única, la figura de tu madre, dejando sonar en los aires la sin par melodía de una presencia siempre nueva… no es necesario que enmarques su imagen para que te entregue su secreto… su figura amada, incomparable, nunca precisa presentación… quisieras cantar como ella, con vigor y fuerza, con dulzura y ternura, lo que no cabe en las estrechas medidas de tu camino… quizá puedas a la hora del ocaso, quizá cuando aguardas un claro amanecer… porque es la aurora la que despierta y dispersa tus sombras, por allí temprano, más allá de los bosques, de los lagos y de las montañas… el canto de la gratuidad nunca se detiene, porque es silencioso, quedo, portador de paz… tú sabes dónde resuena y cómo, tú sabes que es ¡Ella!… la #rosasinporqué no vive en el ruido ni el bochinche, por eso su canto de gratuidad no es rumor ni sonoridad vana… ¿vives en medio del ruido sin darte cuenta de cómo se enferma tu alma?, ¿sabes dejar que el silencio surja de adentro para que tu alma cante agradecida?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 1,46-55)…