Cosas que pasan, cosas que pesan

… cosas que pasan, cosas que pesan… otra vez abatido, cabizbajo, descorazonado… el sueño se evaporó, los proyectos por el piso… las ilusiones son de los ilusos y yo me había ilusionado… mejor regresar a lo de antes, a casa, más vale pájaro en mano que cien volando… seré el hazmerreír de los míos, pero bueno, ya está… hay que enfrentar la realidad y no hacer un relato, y la verdad es que este Jesús fracasó… una lástima, porque realmente era bueno, y encendía tu vida cuando lo mirabas y escuchabas… todo pasa, todo pasa, a casa… ¡epa!, ¿qué sucede?, ¿quién me habla?… no lo veo, pero escucho sus palabras que empiezan como a encender con ascuas mi corazón sin corazón, mi mirada baja… se hace tarde, no te vayas, quédate aquí en mi casa… ¿qué haces?… eso lo hizo Él y nos dijo que lo hiciéramos en conmemoración Suya para entonces hacerlo presente en cuerpo, sangre y alma… ahora sí, ¡eres Tú!… ya no necesito verte para reconocerte, así que correré a mis hermanos para contarles que nos encontramos y que estas cosas que pasan son cosas que, también, alegran y llenan de esperanza… la #rosasinporqué disfruta del camino de los discípulos de Emaús, porque es un espejo de la gratuidad agradecida… ¿ya te encontraste con el Resucitado al “partir el pan”?, ¿sigues cabizbajo y descorazonado?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 24,13-35)…