Contemplas las redes que envuelven todos los territorios y el mundo entero

… contemplas las redes que envuelven todos los territorios y el mundo entero… ¿cómo y cuándo escapar a semejantes lazos, tendidos de confusión y engaño?… ahora, como tantas veces, la respuesta es: ¡descendiendo!… pero es necesario añadir, también, la afirmación de una certeza y de una convicción inconmovibles: ¡no perteneces a ese “planeta” cubierto de redes!… entonces, alguien te preguntará: “¿de dónde vienes?”… y responderás que es “ese” un secreto… descendiendo o no, permanece en confianza y en desafío… jornadas nuevas se suceden, quizá no estaban tan «previstas»… pero te admira la «sorpresa» que es la «garantía» de gratuidad… tu aguardabas que Él te restaurara y «compusiera» un reino, «tu» reino… pero cuando lo ves así cubierto, así aprisionado, te das cuenta de que no es, en modo alguno, el Reino verdadero… ¡éste está ya en tu corazón!, «el Reino de Dios está dentro de ustedes»… el corazón es ahora la hondura que te recibe: no es un valle, ni tampoco una montaña, ni una llanura, ni el mar… ¡y tan bellos que son los valles, las montañas, las planicies y los mares!… pero esto es infinitamente más, infinitamente más bello, infinitamente más real… simplemente es así, directamente, sin mediaciones postizas y arbitrarias, ¡es!… si estás preparado y dispuesto, ¡adelante!… la “rosa sin porqué” posee la gratuidad dentro de su belleza, por eso enamora tanto… ¿te das cuenta que lo precioso está dentro y no afuera?, ¿te dejas fascinar por el exterior sin dar crédito a lo interior?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 17,20-25)…