Con corazón de padre

Con corazón de padre,
delicado para acoger con ternura,
para cuidar con responsabilidad
y para hacer crecer la vida con alegría;
con manos de carpintero,
acostumbradas a la rugosidad
y a los tiempos de la madera;
con oídos de creyente,
atentos a las insinuaciones
y silencios del Todopoderoso;
con pies de peregrino,
dispuestos a ponerse en camino
cuando en sueños se lo mandaran;
con labios agradecidos,
preparados para glorificar y alabar siempre al Altísimo
y alentar, consolar y perdonar a sus hermanos;
y, sobre todo, con toda su persona,
todo su ser, toda su alma, esposo,
configurado para amar con fidelidad enamorada
a María, su hermosa esposa.

¡Que San José sea el modelo de paternidad
y el intercesor de todos los padres!