Ciegos que guían ciegos, poner cargas y no cargarlas

… ciegos que guían ciegos, poner cargas y no cargarlas, maestros que enseñan y no dan ejemplo, decir a los demás lo que deben hacer y uno no hacerlo, autoridad basada en la fuerza y el pode, no en el servicio… historia repetida de la hipocresía humana… “… María, enséñanos a mirar el fruto de Dios, tanto más grande, cuanto más hecho pequeño… haz que cada uno entienda que será mucho más ‘mío’ cuanto más en verdad lo sea ‘nuestro’, y que al verlo en otros brazos no olvidemos que somos su esclavito y no sus dueños… enséñanos a arrimar el oído, hasta escuchar del otro su corazón ladero para aliviarle en ternura sus cansancios y alentar en esperanza sus trabajos y sus sueños… José, enséñanos a cuidar el fruto de Dios con las manos humildes y el corazón sereno, a saber que de todo el trabajo sólo una parte estará en nosotros hacerlo, y aprender que elegir la mejor parte es ocuparnos del otro como siervos… Jesús, enséñanos a agradecer el fruto de Dios que entre nosotros está puesto para confiar que detrás de lo que mutuamente hacemos hay un santo mirar del Espíritu y un cuidado por demás, Paterno…”… la “rosa sin porqué” no presume de su belleza, la ofrece para contagiar a otros sencillez y gratuidad… ¿vives dando consejos, diciendo lo que hay que hacer, dando órdenes?, ¿tratas de exigirte a ti mismo antes que exigir a los demás?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 11,42-46)…