¡Ciego para ver del «otro lado»!

… “caminante peregrino”, tienes delante un hermoso tapiz, pero siempre estás del “otro lado»… es decir que ves el tejido que apenas deja adivinar algo del dibujo… y no ves “el otro lado”… no eres ciego, pero hay cosas que te están cegadas… el «lado» que ves es «ocasión» del otro… está allí para ser superado o trascendido en la contemplación del «otro lado»…

… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, lo mismo ocurre en los días que se suceden… en éstas horas que, tantas veces, juzgas carentes de sentido… y, en realidad, es así porque no lo poseen por sí mismas y por sí mismas no significan nada… con frecuencia te “atas” y te «estancas» en lo que ves, u oyes o padeces… y otorgas a la hora, a la cronología cotidiana, un valor del cual carece…

… en este tu caminar orante, tienes la ocasión de «otra cosa»… es preciso que trasciendas el tiempo y el espacio, aprovechando la circunstancia, o la imagen demasiado visible o sonora, para ir más allá… es el momento de «brincar» sobre lo que aparece para levantarte por encima… es que ¡hay Quien te escucha y levanta!… porque es Él, ¡y sólo Él!, en Quien «eres, te mueves y existes»…

… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, ves del “otro lado”… sólo así estos cortes y estos nudos, de “éste lado”, tienen sentido… ¡disfruta, pues, y camina la vida!… e irradia, contagia, a tus hermanos la alegría y el entusiasmo del “sentido”, del Logos, que te ha iluminado… sales al encuentro de una Luz que brilla en las tinieblas, Navidad se acerca… desayuna y matea con la Verdad en el “pan del día”… (Mateo 9,27-31: “… y se les abrieron los ojos… ”)…